A propósito de cuestionar la historia, comparto esta breve referencia, que compartió mi padre conmigo de un libro de Luis González de Alba.
Se preguntarán ¿y quién es ese ...ey?
Es un cuate muy inteligente, maestro universitario, investigador y articulista (La ciencia en la calle) en varios medios; además, les señalo tres características adicionales: fue dirigente estudiante en el movimiento del 68 por lo que estuvo en la cárcel, fue maestro de mi padre en la facultad de psicología y desde aquellos años se declaraba como Homosexual (en aquellos tiempos no había Gays).
Las mentiras de mis maestros. (Ediciones Cal y Arena, 2002)
Algunos breves ejemplillos:
“Por mi raza hablará el espíritu”
Este es el lema de la UNAM, la Universidad más importante de México. Dice Luis González de Alba:
“Cambiemos la raza en nuestro vociferante racismo: ‘Por la raza aria hablará el espíritu’, supongamos que dice el lema de la Universidad de Heidelbarg. ¿No serían aplaudidos los manifestanes que le arrojaran pintura? ¿O el alpinista que se trepara a la torre rectoril para arrancar a martillazos esa declaración? Un monumento a la raza germana, a la germanidad, sea eso lo que sea ¿no sufriría toda clase de atentados plausibles? Pero en el pobre es dignidad lo que en el rico es prepotencia, digamos parafraseando el adagio sobre la borrachera y la alegría. Deutschland über alles nos parece racista pero ‘como México no hay dos’ es sólo un límpido nacionalismo. Es verdad, por cierto, pero una verdad de perogrullo porque tampoco hay dos como Guatemala o Nigeria, y se presta para el típico chiste en contrasentido: no hay dos… por suerte”.
Morelos
Morelos, el segundo héroe nacional, es analizado así desde la pluma devastadora de González de Alba:
“Mientras el conde de Aranda ve, desde 1783, la libertad de religión y las ventajas de libre comercio y libre establecimiento en un territorio inmenso, ofrecida por los nacientes Estados Unidos, como el motor que hará del nuevo país un coloso irresistible, Morelos plantea como el segundo de los Sentimientos de la Nación: ’2. Que la Religión Católica sea la única, sin tolerancia de otra’ ¡Zás! ’4. que el dogma sea sostenido por la jerarquía de la Iglesia, que son el papa, los obispos y los curas, por que se debe arrancar toda planta que Dios no plantó: omnis plantatis quum nom polantabir Pater mes Celstis Cradicabitur. ¡Recontra-zás por el buen Morelos! Menos mal que lo mataron a tiempo y no llegó a tener poder para arrancar las plantas que Dios no plantó, las malas yerbas…’
Continúa González de Alba con otros Sentimientos de la Nación del intolerante Morelos:
“’9. Que los empleos los obtengan sólo los americanos. 10. Que no se admitan extranjeros, si no son artesanos capaces de instruir y libres de toda sospecha’… Y luego vamos por ahí gimoteando acerca de los daños que nos han causado los estadunidenses. Nadie nos ha tratado peor de como lo hemos hecho nosotros”
Menciona cómo se creaba un clima de crecimiento, comercio y libertad en el mundo pero “ante esa primera oleada globalizadora, que acabaría creando el comercio mundial y desatando las fuerzas productivas, los Morelos del mundo entero cavaban trincheras religiosas y militares para evitar la libertad de religión, indispensable en la reforma a fondo de la industria y del comercio”.
En vez de recibir a inmigrantes polacos, alemanes, italianos, españoles e ingleses, muchos de ellos no católicos pero sí calificados artesanos, obreros y agricultores, que huían de opresiones y guerras, en los primeros años del México independiente se les persiguió y se les negó la libertad de empresa y de establecimiento que buscaban. Un ejemplo quizá insignificante, dice Luis González de Alba, es que mientras en Estados Unidos fabricaban y exportaban finas porcelanas desde el siglo antepasado, en México siguen nuestros artesanos en el siglo XXI fabricando platos de barro que poca gente en el mundo quiere por su alto contenido de plomo y porque salen todos chuecos.
Luis Gonzáles de Alba
Por: Chema Va.
Por: Chema Va.
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